... contra el genocidio que el gobierno israelí está ejerciendo contra su pueblo: poesía de resistencia.

2023-12-17

 

Poesía palestina en resistencia

 

En el Libreopinante n.º 58 ya ofrecimos unos poemas de la escritora palestina Fadwa Tuqan. En el actual número queremos dar una visión algo más completa de aquellas y aquellos poetas de la tierra que han escrito, y escriben, dentro y fuera (por exilio) del territorio palestino,

contra el genocidio que el gobierno israelí está ejerciendo contra su pueblo: poesía de resistencia.

Toda una serie de poetas que escribe desde los primeros años del siglo XX hasta la última joven escritora asesinada en un bombardeo hace pocos días.

Si queréis conocer algo más sobre estas y estos poetas, no tenéis más que investigar en la web, o en los numerosos libros publicados al respecto.

 

Os ofrecemos, pues, un poema de cada poeta, volviendo a gritar el lema Paz, Tierra y Libertad para el Pueblo Palestino.

Ibrahim Tuqan (1905-1941)

¡Vosotros!...

 

Vosotros, los devotos patriotas.

Vosotros, los que cargáis con “la cuestión”.

Vosotros, los que obráis sin hablar...

¡Bendiga Dios vuestros potentes brazos!

¡Cuántas “declaraciones” vuestras valen por un ejército

potente, con sus pertrechos bélicos a rastras!

¡Cuántos “congresos” vuestros nos devuelven

un glorioso pasado de conquistas omeyas!

Con las floridas fiestas que se vienen,

el final del país está a la puerta.

Reconocemos – sí – vuestros “favores”,

pero un deseo en el alma aún nos late:

¡Ya que nos queda un trozo de país,

sentaos, no sea que vuele, como el resto!

***

Kamal Nasser (1925-1973)

La historia

 

Yo soy la tierra

Soy la tierra, no me prives de lluvia

Soy todo lo que queda de ella, si

plantas árboles en mi frente

o conviertes en un huerto mis versos

de cereales

y rosas

Para conocerme

dame la lluvia

Yo soy, nube de mi vida,

los montes de Galilea

Mi pecho es Haifa

Y Yaffa mi frente

No digas: imposible

¿Qué no escuchas los pasos de mi niño,

que se acerca a los umbrales de tu alma?

¿Qué no ves las venas de mi

frente empeñadas en tocar sus labios?

A tu espera, mis poemas se tornaron polvo

se volvieron un campo

se tornaron trigo

y crecieron árboles

Soy todo lo que queda de nuestra tierra

Así que dame…

dame la lluvia.


***

Samih Al-Qasim (1939-2014)

Informe de una bancarrota

 

Ve y róbate el último pedazo de mi tierra,

abandona mi cuerpo joven en mazmorras,

saquea mi herencia,

quema mis libros,

alimenta tus perros con mis peces,

ve y esparce tu red de espanto

sobre los techos de mi aldea,

enemigo del hombre,

no habrá tregua

y habré de pelear hasta el fin,

así apagues tus fuegos en mis ojos,

así me llenes de angustia,

así falsifiques mis monedas,

o cortes de raíz la sonrisa de mis hijos,

así levantes mil paredes,

y clavetees mis ojos humillados,

enemigo del hombre,

no habrá tregua

y habré de pelear hasta el fin.

 

***

Tawfik az-Zayad (1940-1994)

No nos iremos

 

Aquí

sobre vuestros pechos

persistimos

    como una muralla

en vuestras fauces

    como cascos de vidrio

         imperturbables

y en vuestros ojos

        como una tempestad de fuego

Aquí

sobre vuestros pechos

persistimos

     como una muralla

en lavar los platos en vuestros tugurios

en llenar los vasos de los señores

en frotar el enlosado de las cocinas negras

para poder sacar

     el bocado de nuestros hijos

de vuestros colmillos azules

Aquí

sobre vuestros pechos

persistimos

     como una muralla

hambrientos

     desnudos

     provocadores

     declamando poemas

Somos los guardianes de la sombra

de los naranjos y de los olivos

sembramos las ideas como la levadura en la masa

nuestros nervios son de hielo

pero nuestros corazones vomitan fuego

cuando tengamos sed

     exprimiremos las piedras

y comeremos tierra

     cuando estemos hambrientos

Pero no nos iremos

y no seremos avaros con nuestra sangre

Aquí

tenemos un pasado

     y un presente

Aquí

está nuestro futuro

 

***

Mahmud Darwish (1941-2008)

Cadáveres anónimos.

Ningún olvido los reúne,

ningún recuerdo los separa…

Olvidados en la hierba invernal

sobre la vía pública,

entre dos largos relatos de bravura

y sufrimiento.

“¡Yo soy la víctima!”. “¡No, yo soy

la única víctima!”. Ellos no replicaron:

“Una víctima no mata a otra.

Y en esta historia hay un asesino

y una víctima”. Eran niños,

recogían la nieve de los cipreses de Cristo

y jugaban con los ángeles porque tenían

la misma edad… huían de la escuela

para escapar de las matemáticas

y la antigua poesía heroica. En las barreras,

jugaban con los soldados

al juego inocente de la muerte.

No les decían: dejad los fusiles

y abrid las rutas para que la mariposa encuentre

a su madre cerca de la mañana,

Para que volemos con la mariposa

fuera de los sueños, porque los sueños son estrechos

para nuestras puertas. Eran niños,

jugaban e inventaban un cuento para la rosa roja

bajo la nieve, detrás de dos largos relatos

de bravura y sufrimiento.

Luego escapaban con los ángeles pequeños

hacia un cielo límpido.

 

***

Salim Jabran (1947)

Si degüellan un niño

Y sus verdugos tiran su cadáver

En el lodo

¿Te quedarás con rabia?

¿Qué dirás tú?

Soy palestino

Me degüellan cada año

Cada día

Cada hora

Ven

Observa bien la barbarie

En toda su minucia

Son muchos los espectáculos

Y el menor

Es que mi sangre corre... corre

Habla

¿Por qué te tornaste insensible?

¿No tienes nada que decir?

 

***

Nathalie Handal (1969-)

Esta noche

el agua alcanzará el borde del vaso

mas no se permitirá rebosarlo

la violencia explotará y los horrores se

atarán a cada árbol desnudo

esta noche oiremos discursos

ordenándonos abrir nuestras piernas

a escandalizar como meretrices

esta noche veremos

cinturas tatuadas y kalashnikovs

en los maleteros de los autos

recuerdos paralizados y revoluciones

tras la puerta de cada casa

veremos paisajes rojos,

piedras de luz, plumas ligeras

meciéndose en el paisaje nocturno

y las arrugas se multiplicarán

en nuestros rostros esta noche mientras cada muerto se alza de su tumba

esta noche los exiliados, inmigrantes, refugiados serán atrapados en pájaros cantores, el asfalto cuarteado recitará viejos versos

esta noche escucharemos las grietas de historias

los gritos de los estrangulados

por la noche en la noche

escucharemos el anhelo

de tardes púrpura

bajo el manto de dios

esta noche el amor será difícil.

***
Najwan Darwish (1978-)

Fobia

 

Me expulsarán de la ciudad

antes de que caiga la noche: alegarán

que me negué a pagar por el aire.

Me expulsarán de la ciudad

antes de que llegue la noche: alegarán

que no pagué rentas por el sol

ni cuotas por las nubes.

Me expulsarán de la ciudad

antes de que salga el sol: dirán

que hice sufrir a la noche

y que fracasé al elevar mis rezos a las estrellas.

Me expulsarán de la ciudad

antes de salir del vientre

porque todo lo que hice durante siete meses

fue escribir poemas y esperar para existir.

Me expulsarán de la existencia

porque tengo debilidad por la nada.

Me expulsarán de la nada

por mis dudosos lazos hacia la existencia.

Me expulsarán a la vez de la existencia y de la nada

porque nací para existir.

Me expulsarán.

 

***

Rafeef Ziadah (1979-)

Tonalidades de la ira

 

Escribí este poema cuando estábamos haciendo

una acción directa en mi Universidad. (…)

Estaba sentada en el suelo, cuando ese mamarracho

vino y me dio una patada en la tripa diciendo:

Merecerías que te violasen antes de tener hijos terroristas.

Entonces no dije nada, sino que escribí este poema

para ese señorito:

¡Permíteme que hable en mi legua árabe

antes de que también ocupen mi lengua!

¡Permíteme que hable en mi legua materna

antes de que también colonicen su memoria!

Soy una mujer árabe de color,

y venimos de todas las tonalidades de la ira.

Todo lo que mi abuelo quería era

despertarse al alba y ver a mi abuela rezar de rodillas,

en una aldea escondida entra Yaffa y Haifa.

Mi madre nació bajo un olivo,

en una tierra que, como dicen, ya no es mía.

Pero yo atravesaré sus barreras, sus puestos de control,

sus malditos muros de apartheid, y retornaré a mi patria.

Soy una mujer árabe de color, y venimos de todas las tonalidades de la ira.

Tú has oído ayer gritar a mi hermana

al dar a luz en uno de sus puestos de control,

con soldados israelíes buscando entre sus piernas

a su próxima amenaza demográfica,

su hijita llamada Yanín

Tú has oído gritar a Amni Mona

tras los barrotes de su prisión mientras gaseaban su celda:

“Estamos volviendo a Palestina!”.

Soy una mujer árabe de color, y venimos de todas las tonalidades de la ira.

Pero tu me dices que este útero que hay en mi interior

sólo te traerá tu próximo terrorista,

usando barba y blandiendo una pistola, con turbante, y negro como la arena.

Tú me dices que mando a mis hijos a morir,

Pero son vuestros helicópteros y F-16 los que están en nuestro cielo.

¡Vamos a hablar sobre el asunto del terrorismo un segundo!

¿No fue la CIA la que mató a Allende y Lumumba

y quien primero adiestró a Osama? No fueron mis abuelos quienes corrían como

payasos,

con capas y capuchas blancas en la

cabeza, linchando a los negros.

Soy una mujer árabe de color, y venimos de todas las tonalidades de la ira.

¿Quién es esa mujer morena gritando en la manifestación?.

¡Perdón! ¿Es que yo no debería gritar?

He olvidado ser tu siempre orientalista sueño, genio en una botella,

bailarina del vientre, joven de harén, mujer árabe de voz suave

que dice: Sí, señor, no señor.

¡Gracias por los sándwiches de manteca de cacahuete

que deja caer sobre nosotros tu dueño de los F-16

Sí, mis libertadores están aquí para matar a mis hijos,

y llamarles daños colaterales.

Soy una mujer árabe de color, y venimos de todas las tonalidades de la ira.

¡Así que déjame decirte que este útero que hay en mi interior

sólo os traerá un próximo rebelde.

Tendrá una piedra en una mano y una bandera palestina en la otra.

Soy una mujer árabe de color.

¡Cuidado¡¡Cuidado con mi ira…!

 

***

Hala Alyan (1986- )

Topografía

 

La tierra es un calambre en el cuello. Arde un campo de naranjos

y es agrio cuando eructas. ¿De quién es esa voz?

Hay una fábula. Hay una llave. Cada Ramadán,

la arteria sufre primero. Una dieta de cordero pesado

y papeles de control. La indigestión como una pesadilla.

El sol de Tauro quema tu frente. Quiero decir la tierra.

La tierra se ve blanca en las imágenes de resonancia magnética:

llamas a tu abuelo. Ha estado encontrando la tierra

en sus heces. Su cuerpo se ciñe al colchón como un ataúd.

Su mano tiembla. Cuando bebe la tierra,

la orina sale color rosa.

La tierra cauteriza el esófago. No más limones,

dice el médico. Dos almohadas por lo menos.

En julio, vivías dentro de tu abuelo como un asentamiento.

Comiste sorbete de grosellas de la misma taza.

¿Heredaste la tierra en tu muñeca artrítica?

Hace que tejer sea un infierno. En el teléfono,

tu abuelo te dice que la tierra le está cubriendo los ojos.

Él te dice que vale la pena estar vivo solo para ver ese azul.

Él muere y ellos amarran su cuerpo a la mugre.

Él muere y sale el sol toda la semana.

 

***

Hiba Kamal Abu Nada (1991-2023)

La noche en la ciudad es oscura,

excepto por el brillo de los misiles;

silenciosa, excepto por el sonido

del bombardeo;

aterradora, excepto por la promesa

tranquilizadora de la oración;

negra, excepto por la luz de los mártires.


Buenas noches.

 

 

 


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