![]() |
|
2024-07-14
Manuel Ruiz Amezcua
Poeta singular, poeta plural
A nuestro gran poeta galduriense le ha caído el sambenito de poeta silenciado por la oficialidad. Yo no participo de esa opinión. Ha sido traducido a decenas de idiomas y ha realizado la tarea de embajador literario fuera de nuestras fronteras, y sus poemarios los podemos encontrar sin problemas en las librerías. Además, últimamente la UJA ha reeditado el libro SINGULARIDAD EN LA POESÍA DE MANUEL RUIZ AMEZCUA, a cargo de José Francisco Ruiz Casanova. Eso sí, poeta singular sí lo es, dificilmente adscrito a ninguna moda, pero con una buena carga social.
Manuel es un poeta que busca los límites del lenguaje y del conocimiento, desde la memoria de la infancia hasta hoy: en esa búsqueda apasionada, fervor, y de desengaños. Es dueño de una voz singular y plural, el otro: la otredad es el objetivo de la poesía. Poeta de rigor técnico en los poemas, que le importa poco la moda poética y esta, el mercado, no se lo perdona. Es contrario a la sumisión ética y estética. Un poeta de los grandes cuya voz y obra, cantar y contar, merece ser conocida. Su poesía porque lo es tiene magia, sorpresa, revelación y fascinación rítmica (Enrique VILLAGRASA, en Librújula).
Además de su extensa obra publicada, se han recogido sus poemas en varias recopilaciones antológicas, como Una verdad extraña, Sólo por amor, Luz de la palabra, Sobre la herida, Del lado de la vida, Un mundo distinto…
Y aquí os dejo una selección de sus poemas. Leedlos y disfrutadlos.
ENTERRAD BIEN A NUESTROS MUERTOS (España 2020)
Muertos sin alas y muertos sin ojos, muertos sin cuerpo y muertos sin nadie, aún no habéis tenido vuestra tumba, aún no habéis tenido vuestra muerte.
Os mostraremos la luz en la oscuridad.
No tuvisteis un dios, ni siquiera una mano en la hora del olvido.
Diremos no a vuestro silencio y a todo lo que os separa de lo eterno.
Porque la luz es dulce y es grato para los ojos contemplar el sol.
Lo peor del silencio es su intención de muerte.
Enterrad a los muertos y tocaréis lo extraño y visitaréis lo desconocido.
Enterrad bien a nuestros muertos antes que no haya compasión por el rastro de su vida, por el grito de su muerte.
Enterrad a los muertos, y dirán todo lo que ocultáis de ellos. Todo lo que ocultáis a todos. Todo lo que no hicisteis por ellos. Todo lo que no hicisteis por sus cuerpos. Todo lo que no hicimos lo diremos.
Escuchad en silencio todo lo que murmuran de vosotros, todo lo que esperaban de nosotros.
Tantos muertos juntos tienen razón y se levantarán contra nosotros.
Enterrad a los muertos dignamente. Los dejasteis morir sin dignidad. Y volverán un día, volverán a decir su verdad.
Nunca perdonarán el abandono. Nunca perdonarán tanta tristeza. Nunca perdonarán tanta miseria.
Enterrad mejor a los muertos, porque están en el sitio equivocado. En el miedo a la enfermedad y en el miedo a la muerte, y en el laberinto de la locura.
Enterrad a los muertos. Nunca enterraréis su memoria.
No hay lugar en el mundo adonde no llegue ella. ***
SINAGOGA DEL AGUA (Úbeda)
En el agua del pozo vi aquella mañana las verdades del mundo en la luz reflejadas.
El agua transparente y su mirada clara, un reino ya perdido, que ampara cuando llama.
Vi la vida del fondo, los símbolos del agua, el cuerpo de la piedra y las voces del alma.
Vi los forros del mundo convertidos en nada. Vi las cosas secretas con la luz de la llama.
Aquel día de junio el sol en la ventana lo iluminaba todo con aires de esperanza.
***
PASEO POR EL CIELO
Veo la sangre desatada de los que lloran siempre.
Veo al monstruo cerca de nosotros apuñalando los ojos y los dominios del sueño.
Y veo a las mujeres con su carga de sufrimientos, abrazando a sus hijos o escarbando entre muertos.
Y veo la pesadilla de la amenaza en el cielo, donde ya nadie escucha nunca a nadie.
Y veo las manos del poder, que se alimentan de oscuridad.
Veo que entra lo infinito…
Veo pájaros de fuego donde respira la muerte.
***
Si escuchamos los siglos siempre gritan lo mismo. Si alumbramos el grito, nadie nos da cobijo. Nos cambiamos de cielo bajo el mismo desierto. Nos ofrecen destierro pero damos deseo. Protegemos la carne cuando la carne estorba. Olvidamos el cieno pero el barro nos nombra. Renegamos del mundo. Sobre charcos de niebla invocamos perdón. Pero el mundo se venga. Maltratamos entrañas. Desahuciamos conciencias. Malgastamos esperas, y el auxilio no llega. Cuando todo está lejos, cuando nada se escucha, el venero está cerca. Pero el agua se oculta.
***
No servimos para nada si no usamos la palabra y atestiguamos la causa de la injuria y la desgracia. No contamos para nada cuando le damos la espalda a la mentira tramada por la astucia de quien manda. No nos sirve para nada la belleza ensimismada cuando los labios declaran lo contrario de la cara. De nada nos sirve nada si sólo queda la rabia convertida en una infamia, prohibida por quien la llama. De qué sirve la esperanza si la vida está dañada por los ojos de la noche, por las manos de la nada.
***
MÁS ALLÁ DE LA CULPA
Ven lo que está pasando, pero callan. Saben que el poder miente. Reconocen el sufrimiento inútil, la injuria soportada y la injuria indiferente. Pueden evitarlo todo, pero callan. Saben que el poder trafica con el dolor ajeno. Con el frío del miedo, con los escondrijos y las puertas falsas. Y saben que existe la humillación, ese depósito de lepra y llagas encendidas donde cuece la maldad infinita de quien no tiene amparo. Pero siguen callados. Todos callan y callan, amparando al verdugo.
*** |
LA FUENTE MAYOR (Sierra de Mágina)
Cae el agua sobre la piedra y vuelve a caer sobre el agua.
La fuente viene de un río que eternamente derrama el agua que da a la vida las luces de la abundancia.
El agua suena en la noche en el silencio mojada. El monte conduce al agua muy dentro de sus entrañas. Entre las sombras del viento y entre las nubes rosadas, entre las sierras de Mágina nos abraza la mañana.
Hoy me abraza tu presencia y me abraza la esperanza.
Y el monte conduce el agua muy dentro de sus entrañas.
***
LA GLORIA SE PUDRE SOLA
La calumnia, que adorna vuestras bocas. La injuria, que ampara vuestros labios. La mentira, que os hizo miserables. Esa vileza crónica curtida en la rapiña del poder. Esa mirada, tan vacía de ideas como ahíta de miseria. Esas palabras, huecas como el aire. Esa infamia, cocida a cieno lento. Ese astuto rosario de maldades de antiguos perros de siempre, hoy con distintos collares. Esa sabiduría en el engaño. Esa lenta basura programada de mugre vuestra con cabal conciencia. Esa cucaña. Esa maldad siniestra… Todo lo que me empuja a contestaros que vuestra vida es una ofensa, que habéis perdido la memoria y la vergüenza.
***
LA ESPAÑA ETERNA (Y PROFUNDA)
Tienen el alma impermeable, creo que escribió Machado. Devotos y matuteros, les dejó como epitafio. Cambian siempre de chaqueta, si les ofrecen buen caldo. Los conozco hace ya tiempo. Los sufro hace muchos años. A los que van como pícaros y a los que ejercen de santos. A los que van de rebeldes y viven como vasallos. A los que ejercen de nobles y actúan como villanos. Reconozco a los hundidos y conozco a los salvados. Oteo a los redimidos y veo a los condenados. Me asustan los poderosos que aumentan siempre lo malo. Sé de esas leyes eternas. Sé de esa casta de sobra. Sé de esa noche y sus sombras. De los que roban a solas y de los que en las tribunas, con mucha y buena tramoya, engañan a sus esclavos. Como a buenos feligreses, a ellos todo les da igual. Su único Dios: el dinero. Su única patria: medrar. Como buenos parroquianos siempre fueron muy taimados y durante cuarenta años glorificaron a Franco con sus mismísimas manos. Y nunca contra el tirano, ni contra nada del clero, que nada manifestaron. Cultivaron el silencio, y los que nunca callaron esos fueron muy poquitos y lo acabaron pagando. Esos fueron unos cuantos y lo pagaron muy caro. De los otros, los de Franco, ahora gobiernan sus hijos hace casi cuarenta años, como lo hicieran sus padres. Y siguen los mismos pasos. Y siguen libres las manos para robarnos los cuartos. Siempre tuvieron muy cerca la intención de la venganza para convertirse en amos. Se vengaron como siempre y disfrutaron odiando. Se vengarán cuando puedan, llevándose lo que quieran. Y cuando no puedan vengarse en ti, lo harán en tu descendencia.
***
LO QUE VERÁN LOS OTROS (El arquitecto Andrés de Vandelvira sueña sus iglesias, sus palacios)
La vida no está en un sueño, sino en muchísimos sueños.
Sueño en la soledad de tanta piedra el refugio que merecemos. Sueño en la soledad de tanta noche el rostro que nunca veremos. Sueño en la soledad de tanta sangre la voz de todos nuestros muertos.
Al amparo de la piedra. Al amparo de lo eterno. Al amparo de los siglos. Al amparo de los sueños.
Cobijando en la paciencia la construcción del silencio. Imaginando en el mundo la perfección de lo eterno.
Suplicándole a la piedra que me entregue su misterio. Pidiéndole eternidad a la oscuridad del cielo.
Buscándole su verdad a la leyenda del tiempo. Buscando la resistencia de las verdades del miedo.
Buscando sobre la sombra la luz del entendimiento. Así consumo mis días: oyendo la luz del viento.
Así consumo mi mente: imaginándome un sueño. Buscando siempre en la vida algo que parezca eterno.
Buscando siempre consuelo donde nunca puede haberlo. Buscando, siempre buscando las claridades que encuentro.
Buscando, buscando siempre entre las piedras el fuego.
Buscando la salvación en la mente de lo eterno.
Mira otra vez el mundo, pero no digas nada.
Entra como la noche: abraza la distancia.
En un rincón de todo, cuando nadie te vea, acércate a mi vida.
Bésame en la sombra. Búscame en tu cuerpo.
No hay nada que lo impida y soy yo quien te espera. |
Para dar tú opinión tienes que estar registrado.